NOCHE DE MIEDO

Este curso no paran de ocurrirme aventuras una detrás  de otra. Después del secuestro de la momia despistada, que fue bastante desagradable para mí porque terminé momificada, el otro día tuve que pasar toda la noche tirada en la clase de dibujo del pabellón. Resulta que yo estaba jugando tan divertida con Olek y sus amigos en las escaleras, cuando, de pronto, me caí por ellas y decidí parar un rato porque me había pegado un buen golpe.
Me quedé dormida y, cuando desperté, no había nadie. ¡Me habían dejado sola en el cole!. Todo estaba oscuro y frío... No paraba de llamar a mis amigos de Primero, pero nadie contestaba. Así que me acurruqué en un rinconcito para pasar la noche. ¡No os podéis ni imaginar la de ruidos raros que hay en el colegio cuando todo el mundo se ha ido!.
Menos mal que, a la mañana siguiente, una monitora de los desayunos me encontró y me llevó a clase.